Un viejo homenaje

En la comida con que mis compañeros de la Sección de Traducción Española de la FAO me homenajeron el 15 de enero de 1975 con motivo de quedar finalista en el premio Nadal, uno de ellos, el ex diplomático Fernando Aguirre de Cárcer, dio lectura a los versos siguientes:



Aquilino

tu talento peregrino,

tu trabajo clandestino,

tu lenguaje primoroso

aunque a veces sibilino

han llevado tu destino

con mérito más que honroso

hasta una cumbre triunfal

nada más y sin apremio

que a los albores del premio

Nadal.



Aun pensando en Che y en Mao

y trabajando en la FAO

(que termina con cualquiera)

tú has hecho, mal que viniera,

compatible la estadística

con la creación artística.

Palabras de traducción,

palabras de creación,

¿qué valen más, santos cielos?

Sin duda tú y tus desvelos.



Nosotros tus compañeros,

orgullosos y sinceros,

te auguramos con respeto

un triunfo aun más completo.

Nuestra España, en ritmo lento

necesita tu talento.



Y no te extrañe la falta

de gente que se cree alta

(cito por la rima a Dorta)

que el Nadal nada l'importa.



Voy a brindar con cerveza

porque yo no bebo vino.

Todos, y yo a la cabeza,

admiramos tu proeza

¡Aquilino!

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